martes, 2 de abril de 2013

MADRUGADA

Para A.G.

Amanece. Casi.
Pero aún no.

Tu recuerdo no ha dormido esta noche,
tu sonrisa secreta, tu mirada ágil y tu piel serena
ahuyentaron mi pena
imaginando un momento:
cielo azul,
pasto verde,
piel trémula,
voz sincera...

Porque alguna noche disuelta y olvidada,
desterrado he de soltar mis cadenas
para huir hasta ti sin pensamientos
ante el latido de este corazón sin nada.

Amarte en silencio e intentar
sanar mi espíritu con tu voz,
enlazarme a ti ardiendo y soñar
bajo la estela de un lecho tú y yo...

Seré de ti?
porque no soy de esta madrugada
tampoco de la mañana.
Le pertenece a la noche
mi corazón,
al tibio fogón,
al bello lucero
y también quizá
al trino que anuncia el alba...

Porque cautivo siempre fui
de tus labios y al temblar
evoqué pasiones sepultadas
por culpa del hechizo de palabras
que dijiste y las dejé ahí guardadas,
para azotarlas hoy ante el temor
de empañarlas en pecado
creyéndolas sagradas,
por culpa de una farsa,
un pensamiento,
un deseo
y una madrugada...

© 2013 Yimi Cruz

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